Época: América 1550-1700
Inicio: Año 1550
Fin: Año 1700

Antecedente:
La hacienda del Rey



Comentario

Fueron los más numerosos y se relacionaron por lo común con los costos de defensa para sostener el tráfico comercial. Tales fueron los de la Armada de Barlovento y la Avería. El primero fue creado por el Consejo de Indias, en 1575, para sostener una flotilla que protegiera el comercio en el Caribe. Entre 1636 y 1749, que fue cuando funcionó algo dicha Armada, aunque mal, se recaudaron para ella 30 millones de pesos. Luego la Armada fue un auténtico fantasma, pero el impuesto una realidad que engrosaba las arcas reales. La Avería era un impuesto destinado a la defensa de las naves comerciales que iban y venían de Indias. Se cobraba y gastaba con arreglo al valor de las mercancías negociadas y de las necesidades defensivas (navíos, armas y hombres). Tuvo por ello un valor variable, usualmente del 6% del valor de la mercancía, pero llegó a subir hasta el 30% en determinadas coyunturas. Ante la dificultad de calcularlo cada vez que salía una flota, se sustituyó en 1660 por un canon fijo de 790.000 ducados, 350.000 de los cuales eran pagados por los comerciantes del Perú, 200.000 por los de Nueva España, 50.000 por los del Nuevo Reino de Granada, 40.000 por los de Cartagena y los 150.000 restantes por la Real Hacienda. Los comerciantes americanos protestaron contra el trato de privilegio concedido a los comerciantes sevillanos, quienes además de gozar de un monopolio, pretendían que ellos lo sostuvieran. La Corona obligó, entonces, a los andaluces a pagar 150.000 pesos de la avería novohispana y 83.750 pesos para la neogranadina y cartagenera.
El Almojarifazgo lo abonaban los productos que salían de España con destino a Indias. En Sevilla pagaban el 5% y al entrar en puerto americano otro 10%. En 1660 se sustituyó por una suma fija. Junto a él figuraba la Alcabala, un impuesto a las ventas muy odiado por el pueblo, ya que encarecía la vida y era el 2% del valor de toda mercancía vendida.

Para defender el Imperio español, ideó el Conde-Duque de Olívares la Unión de Armas: un gran ejército sufragado por todos los reinos. Los que no podían poner soldados, como era el caso de los americanos, debían pagar el gasto de las tropas, 600.000 ducados repartidos así: 350.000 el virreinato del Perú y 250.000 el de Nueva España. El asunto quedó en proyecto pero el impuesto fue efectivo, como siempre, y terminó por confundirse con el de alcabala, que fue duplicado por esta causa al 4%.